La dieta mediterránea mejora extraordinariamente la función pulmonar, según un ensayo clínico presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Respiración, que demuestra que los antioxidantes que aportan las frutas y verduras, incluidas en la dieta mediterránea, mejoran la función pulmonar de estos pacientes en más de un 148 por ciento.


El trabajo realizado en Grecia por la Universidad de Larissa ha demostrado que estos beneficios, por lo que este tipo de alimentos resultan beneficiosos para pacientes que padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Esta enfermedad se caracteriza por la obstrucción o limitación crónica pulmonar de manera poco reversible.

La EPOC aparece en hasta un 50 por ciento de los fumadores como respuesta a una exposición continuada al humo del cigarrillo. Sus síntomas más característicos son la falta de aire, el aumento de la tos, y el aumento y el cambio de color de los esputos. El ensayo analizó la salud de 120 enfermos de EPOC de distintas gravedades, divididos en dos grupos. Al primero se recomendó en cada consulta que, además de tomar su medicación, incluyera en su dieta: aceitunas, champiñones, patatas, tomates, nueces y otras frutas y verduras. El segundo grupo se limitó a tomar la medicación correspondiente para su EPOC. Tras tres años de análisis, el primer grupo había mejorado su función pulmonar en 65 milímetros y el segundo había empeorado 135 milímetro, lo habitual en pacientes que sufren esta enfermedad. Esto, supone una mejora de más del 148 por ciento en la función pulmonar. «Este ensayo indica que la dieta mediterránea tiene un impacto factible y cuantificable sobre la salud pulmonar no sólo sobre la función respiratoria sino también sobre otros factores más allá del pulmón», explica el director del Programa de Epidemiología e Investigación Clínica de Cimera, en Mallorca, Joan Soriano.


Las verduras y las frutas contienen grandes cantidades de antioxidantes, así como vitaminas C, E y beta-caroteno, que, tal y como demuestra este estudio, protegen a los pulmones de la oxidación causada por el tabaco y la contaminación ambiental. «Estas vitaminas también tienen propiedades antiinflamatorias que convierten a los radicales del oxígeno en formas menos reactivas», aclara Soriano.